A pesar de que la inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) ha logrado sorprendernos, los expertos comentan que incluso con todos los avances que se han desarrollado, desde su aparición en 1955, no ha llegado a los niveles del cerebro humano, incluso de los bebés.
Harry Shum, vicepresidente ejecutivo de la división de AI para Microsoft, comenta que: "El cerebro de un niño puede procesar todo tipo de estímulos: luz, sonido, comodidad... Esto puede parecer sencillo para un humano, pero es un trabajo arduo para la inteligencia artificial".
Incluso Microsoft sigue perdiendo en la competencia contra el cerebro humano, capaz de procesar cerca de 14 millones de estímulos por minuto y de soñar, crecer, crear arte e historias, expresar emociones, sentir y entender cómo se sienten otros. "Ahora tenemos muchísimo impulso, pero antes de emocionarnos demasiado debemos entender qué nos hace humanos y únicos", admite Harry Shum.
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